2/3 "La Rebelion de las Can~adas" (extracto) * * * * * La simpatia que habria de generar la rebelion de los indigenas, al estallar, era desde luego comprensible. Era tambien necesaria. Chiapas atravesaba un periodo muy dificil al comienzo de los noventa. Los campesinos, hundidos en la miseria, no tenian cauces para manifestar su desesperacion. Eran sistematicamente reprimidos por el gobierno de Patrocinio Gonzalez. El gobernador los reprimia, no con la fuerza, como su predecesor, sino con la ley. Quiero decir, su ley. El titulo IX del Codigo Penal de Chiapas tipificaba los delitos que atentaban contra la seguridad del Estado. Los campesinos que resistian los desalojos, por ejemplo, convencidos de que las tierras que cultivaban eran suyas, podian ser acusados de _sedicion_ de acuerdo con el articulo 222 del Codigo Penal, que condenaba hasta por cuatro an~os de prision "a los que reunidos tumultuariamente, pero sin armas, resistan a la autoridad o la ataquen para impedirle el libre ejercicio de sus funciones" (11). Asimismo, los campesinos que protestaban en las ciudades por desalojos -o por lo que fuera- podian ser acusadas de motin de acuerdo con el articulo 225, que condenaba tambien hasta por cuatro an~os de prision "a los que para hacer uso de un derecho pretextando su ejercicio se reunan tumultuariamente para tomar por asalto edificios o parques publicos, u obstruyan las vias de comunicacion" (12). En Chiapas, las personas mas diversas alzaban la voz contra los articulos del Codigo Penal. Para Valdemar Rojas, lider del PAN, tenian "la finalidad especifica de reprimir con legalidad la oposicion" (13). Para German Meza, lider del PRD, pretendian "encuadrar cualquier expresion de inconformidad en un contexto delictivo" (14). Era la verdad. En un estado con problemas tan profundos, con rezagos tan graves, el gobernador prefirio, antes que dialogar, reprimir con el cobijo de las leyes. El Codigo Penal no termino con las movilizaciones en Chiapas. Por el contrario, las estimulo. El 7 de marzo de 1992 partio de Palenque la marcha que todos, mas tarde, habrian de conocer con el nombre de Xi Nich, (en chol, Hormiga que Marcha). Estaba coordinada por un jesuita, Jeronimo Hernandez, el mismo que dos an~os despues, un diario de la capital habria de confundir con el subcomandante _Marcos_. Eran choles, en su mayoria, que protestaban contra la represion del gobierno del estado. Algunos de sus dirigentes estaban entonces en la carcel por haber organizado meses antes, un planton en el Parque Central de Palenque. Xi Nich demandaba su liberacion. Demandaba en general, poner fin a los encarcelamientos injustos, a los rezagos agrarios, al imperio de las autoridades corruptas. La marcha debio recorrer, a pie, 1,106 km para llegar hasta la capital de la Republica. Apenas iniciada, el dia 9, tuvo lugar una manifestacion en Ocosingo. Los grupos que confluian en la ciudad -Yetal Chen, Takin Okum, Tatojobtezel- apoyaban los reclamos de Xi Nich. Eran los mismo que durante los setenta permanecieron al margen de los maoistas que llegaron a la diocesis, para "seguir su propia dinamica", en palabras de los jesuitas que los acompan~aban (15). Esos grupos, a pesar de ser pacificos, sufrian tambien el peso de la represion. A lo largo del gobierno de Gonzalez, segun datos del INI, dos mil doscientos noventa indigenas fueron apresados en Chiapas. Muchos no sabian ni de que los acusaban. Tenian razon los miembros del Comite Clandestino Revolucionario Indigena. "Nosotros hemos luchado a pedir la solucion de nuestras necesidades en una forma pacifica, en una forma legal, pero los gobernantes estatal y nacional no nos han escuchado. Por eso nosotros ya no nos quedo otro camino. Alzarnos con nuestras armas a ver si nos escucharan" (16). El 10 de abril hubo, de nuevo, una manifestacion en Ocosingo. Era comun que las organizaciones movilizaran a sus fuerzas ese dia, que consagraban a la memoria del general Emiliano Zapata. Los campesinos, al conmemorar su muerte, exigian a las autoridades el derecho de quemar sus acahuales. Aquel 10 de abril, las calles de la ciudad fueron abarrotadas por los militantes de la ANCIEZ (Alianza Nacional Campesina Independiente Emiliano Zapata), la mas radical de todas las organizaciones de Chiapas. Francisco Gomez encabezaba la manifestacion. Entre los espectadores estaba _Marcos_. Acababa de pasar unas semanas en Tampico, donde pronuncio una conferencia sobre la firma del TLC. Fue la ultima vez que vio a su familia. "Rafael ya no se comunico con nosotros", recordaria su madre, don~a Socorro Vicente (17). _Marcos_, en aquella epoca, vivia en el barrio Norte de Ocosingo. Los pormenores de la marcha de la ANCIEZ los habria de recordar en un texto muy elocuente, _Chiapas: el sureste en dos vientos_. Alrededor de tres mil indigenas convergieron, a las diez de la man~ana, en la plaza del Palacio Municipal. Llevaban pancartas contra la firma del TLC, contra la reforma del articulo 27, contra la represion de las comunidades en la Selva. Al finalizar el acto leyeron una carta que mandaban a los miembros del gobierno de Salinas. "En unos cuantos meses", les decian, "acabaron con nuestra mas preciada conquista historica: el derecho a la tierra" (18). Francisco Gomez paso despues de la reunion a las oficinas de la ARIC. Estaban pintadas de blanco, como siempre, situadas aun en el terreno que, hacia muchos an~os, con una cooperacion de 50 centavos por familia, habian logrado comprar los campesinos para tener un lugar en Ocosingo. A la salida, Francisco se topo con Carmen Legorreta, una de las asesoras del ARIC, licenciada en sociologia por la Universidad Nacional Autonoma de Mexico. Carmen intercambio con el dos o tres palabras, antes de comentar que tenia que participar en una reunion con gente de la Secretaria de la Reforma Agraria. -No nos traicionen, Carmen -le dijo pronto Francisco-, Se estan vendiendo a los del Gobierno (19). Carmen dudo por unos segundos antes de continuar. Las personas que venian con ella le sugirieron, con un gesto, no tomarle la palabra. "A mi me hubiera gustado platicar con el", recuerda, "que me dijera que pensaba, pero ya no hubo ocasion" (20). Fue la ultima vez que lo vio. En las Can~adas, hay que repetir, la organizacion mas importante, desde siempre, era la ARIC. Ese monopolio termino, sin embargo, con la irrupcion de la ANCIEZ. Ambas organizaciones, con proyectos excluyentes, se disputaban una misma base social en esa parte de la Selva. Hubo pues, en el seno de las comunidades, un debate muy intenso sobre la naturaleza del proyecto que convenia seguir para responder a sus aspiraciones. Aquel debate, a pesar de las diferencias, tuvo lugar en un marco de respeto. La ARIC nunca penso delatar al EZLN. "Eso no resolvia los problemas de la region", diria mas tarde Carmen Legorreta (21). Todas las comunidades estaban divididas con relacion al movimiento. Incluso las familias. Denunciarlo significaba, de hecho, denunciar a los amigos, a los hermanos. Asi pues, a pesar de los choques que tuvieron los ariqueros con los zapatistas -en Ojo de Agua, en las Tazas, en Amador, en Nuevo Progreso- nunca revelaron los secretos que guardaban las Can~adas. "Apechugamos para no confrontar mas la situacion", habria de recordar Lazaro Hernandez, quien entonces comenzaba ya su disension con el EZLN (22) (...) * * * * * El 12 de octubre de 1992 fueron conmemorados los quinientos an~os del descubrimiento de America. Mas de nueve mil indigenas participaron en la manifestacion de San Cristobal de las Casas. Estaban alli la ARIC, la OCEZ (Organizacion Campesina Emiliano Zapata), la CIOAC, la ANCIEZ, la UNORCA (Union Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas y Autonomas), todas aglutinadas en el Frente de Organizaciones Sociales de Chiapas, el FOSCH, fundado la vispera con el concurso de Chiltak (organizacion no gubernamental de derechos humanos vinculada a la diocesis de San Cristobal. En tzotzil quiere significa compan~ero). La ANCIEZ sobresalia por su disciplina, por la cantidad de mujeres que llevaba. Algunos de sus miembros ostentaban arcos y flechas, y tenian los rostros pintados de colores. Parecian un ejercito. Todos ellos, movilizados durante la noche, llegaron a la ciudad en la madrugada del 12, un lunes. La manifestacion partio, muy ordenada, de la gasolineria de Huitepec, al lado de la estatua de fray Bartolome. Entro por la Diagonal del Centenario, cruzo por el Puente Blanco, siguio de frente por Mazariegos, dio vuelta despues en General Utrilla. Sus columnas pasaron de largo la plaza de Armas para llegar al mercado, en donde torcieron a la izquierda por Honduras y luego, de nuevo, por 20 de noviembre. _Marcos_ y _Daniel_, entre la gente, filmaban la manifestacion. Habia comandos de guerrilleros destacados en toda la ciudad, listos para responder en caso de represion. Los coordinaba, parece ser, el mayor _Mario_. Entre los indigenas que marchaban por las calles de la ciudad, la mayoria, sin dudas, era parte del Ejercito Zapatista de Liberacion Nacional. Muchos lo sabian. Al pasar frente a la iglesia de Santo Domingo, unos militantes de la ANCIEZ dejaron atras el grueso de la manifestacion, que siguio de frente por 20 de Noviembre. Entonces, con palos y marros, empezaron a demoler la estatua de bronce del conquistador Diego de Mazariegos. Un grupo de policias trato de contenerlos, pero no pudo: fue recibido por una lluvia de pedradas. La marcha culmino por fin en la Plaza de Armas, es decir, la Plaza 31 de Marzo, asi llamada por ser esa la fecha de la fundacion, en 1528, de la ciudad de San Cristobal. Alli los campesinos desplegaron sus pancartas. _Hoy cumple quinientos an~os de robo, muerte y destruccion el pueblo indigena_, decian unas. _12 de octubre, dia de la desgracia_, clamaban otras. _Pinche tratado, nos tiene maltratados_, ironizaban las demas. Los oradores tomaron entonces la palabra. Jesus Santis, del ejido Morelia, hablo en tzeltal a nombre de la ANCIEZ. Antonio Hernandez, del ejido Plan de Ayala, hablo en tojolabal a nombre de la CIOAC. Angel Hidalgo, del ejido Venustiano Carranza, hablo en tzoltzil a nombre de la OCEZ. El maestro de ceremonias era _Frank_. Pronunciaba las palabras con soltura. Estaba convencido de la necesidad de vincular, en un movimiento, los reclamos de los mestros, estudiantes, colonos, obreros y campesinos. Era necesario propulsar alianzas. "Romper con los regionalismos", afirmaba. "Ir mas alla de la lucha concreta" (23). Habia que juntar a los petroleros de Pemex, en Tabasco; a los trabajadores de la Volkswagen, en Puebla; a los estudiantes de la Universidad de Sonora, entonces congregados en el Zocalo de la Ciudad de Mexico. Todos en aquel momento luchaban, con el recurso de la huelga, para defender sus derechos en el trabajo. Los campesinos tenian que brindarles solidaridad. La manifestacion de San Cristobal culmino, por la noche, con una misa en Catedral. Don Samuel, ante mas de cuatrocientos fieles, hablo sobre la situacion en el estado, donde, subrayo, "crece y se fortifica una violencia estructural que niega el legitimo derecho a desarrollar todas las potencialidades del ser humano" (24). Al caer la noche, la tension era muy grande. Jorge Lescieur, alcalde de la ciudad, despues de culpar al obispo por la destruccion de la estatua de Mazariegos, anuncio la creacion del Frente Unico de Defensa Ciudadana (...) * * * * * Uno de los ejes en la vida de los poblados de las Can~adas, era la iglesia de San Jacinto, en la ciudad de Ocosingo. Habia sido construida en 1569 por fray Pedro de Laurencio, quien la bautizo con el nombre Jacinto de Polonia, un santo del siglo XIII, miembro tambien de la orden de Predicadores. Estaba pintada con lechada de cal y cobijada con un techo de teja a dos aguas. Era blanquisima. Resplandecia bajo la luz del sol. En el altar, entre las palmas y las bugambilias, resonaba con placidez el zureo de las palomas. Afuera, en el patio, prosperaban sin dificultad los mangos, los platanos y los guayabos. Mas alla, por los lavaderos, aparecian una serie de carteles. _Se prohibe andar con las novias... aqui_, decia uno. _Prohibido las parejas... en este lugar_, anunciaba otro. Todos los an~os, en agosto, el padre Pablo Iribarren festejaba con sus fieles el dia de San Jacinto. En ocasiones acudian tambien los tuhuneles de la parroquia. Participaban al menos una vez al an~o, por tres dias, en las asambleas que tenian lugar en Ocosingo. En ellas estaba siempre Jesus Gomez, el tuhunel de La Sultana, muy amigo del padre Pablo. Era el quien oficiaba los servicios de su gente, secundado por los catequistas del ejido: Pedro Lopez, Heriberto Perez y Marcela Nicolas. Los tres eran zapatistas. Uno de ellos, incluso Pedro Lopez, habria de morir un an~o despues en el mercado de Ocosingo. Su mando en el ejido era Francisco Gomez, el hermano de Jesus. Pocos sabian entonces, con certeza, que militaba en el EZLN. Lo venian ir y venir, siempre con su morral al hombro, siempre con sus botas Adoy, compradas en Guatemala. Lo llamaban Ic (Viento) o Pucu (Diablo), aunque su nombre de lucha, por supuesto, era _Hugo_. -?Por que te dicen _Hugo_? -le preguntaban los mas desorientados. -Nada -contestaba-. Apodo que me dan (25). (Continua...) 11 Gobierno de Estado de Chiapas, "Codigo Penal", _Periodico Oficial_ del 11 de octubre de 1990. 12 Gobierno del Estado de Chiapas, _Ibid_. 13 Citado por _Tiempo_, de San Cristobal, 23 de junio de 1990. 14 Citado por _Tiempo_, _ibid_. 15 Citado por _Proceso_, 12 de diciembre de 1994. 16 Citado por _La Jornada_, 4 de febrero de 1994. 17 Citado por _Excelsior_, 10 de febrero de 1995. 18 Citado por _Tiempo_, 15 de abril de 1992. 19 Fuente: Carmen Legorreta, abril de 1994, San Cristobal de las Casas. 20 Entrevista a Carmen Legorreta, abril de 1994, San Cristobal de las Casas. 21 Citado por _La Jornada_, 1 de marzo de 1994. 22 Citado por _La Jornada_, 20 de febrero de 1994. 23 Citado por Gaspar Morquecho, "La ANCIEZ en el movimiento campesino", _Tiempo_, 24 de octubre de 1992. 24 Citado por _Tiempo_, 13 de octubre de 1992. 25 Fuente: Francisco Hernandez, abril de 1994, La Sultana.