YA LLORO EL RELAMPAGO -by Monique Lemaitre (BREVI'SIMO RECUENTO DE MI EXPERIENCIA COMO VOLUNTARIA EN TRES CAMPAMENTOS CIVILES POR LA PAZ EN LAS CAN~ADAS DE LA SELVA LACANDONA) En Prado Pacayal y en Patihuitz, en el Municipio de Ocosingo, Chiapas, los campesinos tzeltales saben que no tarda la lluvia cuando perciben una breve zeta ele'ctrica en el cielo que parece prolongarse en llanto. Dicen: "No tarda en llover, ya lloro' el rela'mpago". Oi' esta belli'sima expresio'n por vez primera, sentada al lado de un nin~o tzeltal que hablaba bastante "castilla", al borde del patiecito techado con la'minas de aluminio y con piso de tierra apisonada, que haci'a las veces de escuela en el campamento de civiles por la paz del ejido Prado Pacayal, en donde, a decir del Sub-Comandante Marcos, Ton~ita encontro' y trato' de remendar su tacita de te' destruida por el eje'rcito federal cuando regreso' a su hogar el 8 de marzo de este an~o, despue's de pasar un mes en plena selva. La otra escuela fue totalmente arrasada por el eje'rcito federal el 9 de febrero de este an~o y existe un video que muestra la devastacio'n de esta comunidad y que fue tomado precisamente el 8 de marzo, cuando las ochenta familias del poblado bajaron de las montan~as para reintegrarse a sus profanadas y humildes chozas. Cuando le hice repetir a mi joven interlocutor aquello de "ya lloro' el rela'mpago", pues la belleza de la expresio'n me hizo dudar de haber oido bien, e'ste se excuso' dicie'ndo ti'midamente que asi' hablaban ellos, a lo cual respondi' que ojala' yo tambie'n pudiera hablar asi'. Benito, el nin~o-hombre sentado a mi lado que segui'a, con embelezo, el tecleo de mi pequen~a computadora porta'til, sin poder leer lo que yo escribi'a, me confio' entonces que le habri'a gustado aprender a "bordar con palabras"...Y yo pense' en todas las palabras, en todos los poemas que jama's sera'n bordados por los nin~os y nin~as de las can~adas de la selva chiapaneca si sus condiciones de vida no mejoran en un futuro inmediato. Ame'n de que la escuela de Prado fue destruida por el eje'rcito federal, el maestro, como los maestros de todas las dema's escuelas rurales de la regio'n, deserto' a raiz de los eventos que tuvieron lugar en enero de 1994 y las u'nicas clases a las cuales los nin~os y nin~as han asistido desde entonces son las que ahora imparten los y las voluntarios/as civiles por la paz, quienes, adema's de no ser profesionales de la ensen~anza en su gran mayori'a, tampoco hablan tzeltal (ni tzotzil, tojolabal,chol o mam). Benito asiste a la improvisada escuela cuando no tiene que ayudarle a su mama' a ir por len~a al monte o a su papa' a trabajar en la milpa. Nunca lo oi' reir con la risa cantarina de los nin~os tzeltales, que siempre muere en una suerte de dulce suspiro. Benito es de mirada tierna y triste, y en la foto que ahora observo, no deberi'a estar posando para mi' con el pesado fardo de len~a que lo encorva, deberi'a poder estar haciendo lo que cualquier nin~o de clase media del mundo hace a los diez an~os de edad. Nadie tiene la vida fa'cil en los ejidos de las can~adas de la selva chiapaneca. Los ejidos que tienen electricidad(en un estado que provee gran parte de la fuerza ele'ctrica de Me'xico) es porque han conseguido, gracias a donaciones, su propio pequen~o generador o algunas placas de ce'lulas solares. En Patihuitz, por ejemplo, durante los dos di'as que duro' el baile en honor de San Antonio, el tocadiscos funcionaba con una bateri'a de automo'vil. Tambie'n, aquellos ejidos que tienen agua entubada que llega a ciertos sitios estrate'gicos de la comunidad desde el ri'o (donde hay ri'o como en Prado), llega merced a ingeniosos sistemas que han involucrado la donacio'n de kilo'metros de mangueras donadas por ONGs del mundo entero. Por otra parte, mientras el gobierno no haga un esfuerzo serio por hacer accesible a los habitantes de estos ejidos algu'n tipo de combustible alternativo (en un estado rico en petro'leo y energi'a hidra'ulica), e'stos tendra'n que seguir consumiendo len~a para cocinar, lo cual hace que la vida de las mujeres y de los nin~os de ambos sexos, tradicionalmente encargados de la tarea cotidiana de ir, machete en mano, a cortar len~a al monte, sea innecesariamente ardua. El gobierno ha tratado, en innumerables ocasiones de prohibirle a los campesinos talar a'rboles para la construccio'n de sus chozas y cortar len~a para el fogo'n, fingie'ndose ecolo'gicamente concientizado(mientras grandes compan~i'as transnacionales han devastado y siguen devastando la selva Lacandona, despoja'ndola de sus ma's preciosas maderas, sin mencionar la desforestacio'n llevada a cabo por los ganaderos), pero sin ofrecer a las comunidades afectadas acceso a un combustible alternativo. Este an~o, adema's, la vida en las comunidades de las can~adas de la selva es au'n mucho ma's difi'cil, pues escasean seriamente el maiz y los frijoles, y hasta el cafe', el az'ucar y la sal, debido a que, en febrero de este an~o el eje'rcito federal destruyo' o contamino' muchas de las trojes comunales, incursiono' en muchas milpas con tanquetas y vehi'culos pesados, destruye'ndolas o sencillamente les prohibio' a los campesinos el cultivo de las mismas. En una ocasio'n me toco' viajar en un camio'n de siete toneladas lleno de azu'car y maiz, comprado con donaciones de la poblacio'n civil para aquellas comunidades que no pertenecen al Aric oficial y no reciben sacos de Maseca. Sendas comunidades sobreviven gracias a esas donaciones que les son distribuidas por incansables voluntarios de ambos sexos del Centro Fray Bartolome' de las Casas y de Compaz. Voluntarios y voluntarias que manejan camiones de redilas, algunos de gran tonelaje por caminos que se convierten, durante esta temporada, en verdaderos ri'os de lodo. Abundan las historias de accidentes casi fatales en plena noche y bajo una lluvia torrencial y en una ocasio'n la ma's valiente y dedicada que yo conoci' tuvo que caminar horas de noche y entre charcos, por un camino constantemente recorrido por convoyes del eje'rcito para ir a pedir ayuda a San Jose' del Ri'o(se llama Meche). Y e'so que ahora las brigadas del Depto. de Comunicacio'n y Transportes se pasan horas reparando lo que las lluvias destrozan, en un esfuerzo por facilitarle al eje'rcito federal sus desplazamientos en la zona (no para el beneficio de las comunidades). Esta labor de Si'sifo pareceri'a totalmente ilo'gica pues con el tiempo y dinero que ya se ha invertido en aplanar caminos de terraceri'a se podri'an haber construido verdaderas carreteras de asfalto, pero parece ser que como siempre, cuando se trata del PRI-Gobierno, hay muchos intereses de por medio. Sin embargo, y a pesar de la difi'cil situacio'n por la cual atraviesan hoy los campesinos indi'genas y mestizos de las can~adas de la selva chiapaneca, situacio'n de abandono y carencias centenarias, en donde hoy al hambre se une la proliferacio'n de todo tipo de enfermedades desde el co'lera y el paludismo hasta la lepra de montan~a y la tuberculosis, exacerbadas por la constante y ominosa presencia militar, es impresionante la fuerza que derivan de su estructura comunitaria. El Sub-Comandante Marcos lo ha escrito reiteradamente, pero el vivirlo ayuda a que cobre realidad. Todo pertenece a todos en la comunidad y todo se reparte equitativamente de acuerdo con las necesidades familiares e individuales. El voto de la mayori'a es respetado religiosamente y decide hasta cua'nto tiempo debe durar un baile. Hay juntas de la comunidad para discutir problemas de i'ndole comunal, estatal y nacional y durante los servicios religiosos, dirigidos por un dia'cono se discuten las posibles interpretaciones de los Evangelios y se fomenta la participacio'n de todos, hombres y mujeres.El lema zapatista de "todo para todos, nada para nosotros" resume a la perfeccio'n el estilo de vida de estas comunidades. El "nosotros" esta' integrado al "todos" y no reclama una suerte singular para un individuo o grupo aislado de individuos. Si "todos" compartieramos un pai's en donde reinara la libertad, la justicia y la democracia, los zapatistas no tendri'an que reclamar nada para si' mismos como agrupacio'n aislada del resto de la sociedad mexicana, y son precisamente las comunidades ma's enteras, ma's fuertes las que no han dejado que agrupaciones como el Aric Oficial las divida y corroa. Comprenden perfectamente que una de las ta'cticas de la guerra de baja intensidad que el PRI-gobierno esta' librando en contra de las comunidades indi'genas y mestizas no afiliadas al PRI es la de dividir para conquistar. Su meta es la de desmembrar el espi'ritu comunitario para asi' borrar del mapa cualquier vestigio de comunidad campesina autosuficiente en el pai's. Los campesinos que sobrevivan a esta guerra de baja intensidad se vera'n obligados a alquilar, a muy bajo precio, su fuerza de trabajo, sea a los latifundistas existentes o a las multinacionales agri'colas. Otros se sumara'n al e'xodo hacia las villas miseria de las grandes urbes o hacia el "norte" al cual es cada vez ma's difi'cil llegar, o prosperar cuando o si se llega. De Prado Pacayal, en donde pase' dos semanas me fui' a Patihuitz, en la can~ada del mismo nombre, un ejido dividido entre zapatistas y afiliados al Aric Oficial. Desde mi arribo pude constatar las diferencias que existen entre estos dos grupos de, por lo dema's, hermanos tzeltales. La bodega del Aric Oficial (que yo confundi' con una cantina)se encuentra justo frente al campamento de civiles por la paz, en donde una camioneta de compaz me deposito' ya muy tarde por la noche un lunes de junio. Tuvimos que despertar al responsable del campamento y, al oir que el conductor de la camioneta anunciaba el arribo de una "compan~era", no tardaron las observaciones soeces por parte de los miembros del Aric Oficial que se encontraban en alto grado de intoxicacio'n eti'lica. En las comunidades zapatistas, el consumo del alcohol esta' prohibido, y si alguien llega a ser visto "bolo" (borracho), debe pasar la noche en la "ca'rcel" y se le obliga a trabajar horas extra durante un peri'odo x desempen~ando las tareas ma's arduas. Para entender el por que' de estas rigurosas medidas, habri'a que leer, por ejemplo "Juan Pe'rez Jolote" de Ricardo Pozas. Los miembros del Aric Oficial reciben subsidios del gobierno como sacos de Maseca, aceite para cocinar, latas de sardina, sacos de sal y azu'car, etc., ame'n de promesas de dinero en efectivo para cubrir otras necesidades. Los zapatistas, claro esta', no esta'n incluidos en el reparto y hasta tuvieron que construir su propia escuela, pues la escuela oficial, que si' tiene pupitres tradicionales, asi' como canchas de fu'tbol y balo'n cesto les esta' vedada. Fue sin embargo en Patihuitz en donde vi' la mejor escuela ejidal. La comunidad zapatista, adema's de construirla, la doto' de bancos y mesas, ru'sticos, pero funcionales, dividie'ndola en dos salones. Uno para los ma's pequen~os y otro para aquellos y aquellas que ya saben leer, escribir y contar bastante bien. Adema's, y e'sto es lo ma's importante, designaron a tres miembros de la comunidad como maestros, o sea que la ensen~anza se imparte en tzeltal y castellano. Las y los voluntarios civiles hacen las veces de asesores de los maestros y ayudan con la ensen~anza del castellano y con los alumnos ma's adelantados. Esto en una comunidad poli'ticamente dividida, sin agua entubada ni electricidad y con un campamento militar en las afueras del pueblo, adema's de epidemias de todo tipo. Un ingeniero brita'nico y una ingeniera noruega estaban trabajando en un proyecto para traer agua a Patihuitz cuando yo estuve alla'. La comunidad entera, sin embargo, se unio' durante las procesiones y servicios religiosos en honor a San Antonio. El dia'cono zapatista leyo' el Evangelio en tzeltal y el li'der del Aric lo hizo en castellano. Ambos grupos se separaron cuando los zapatistas se dirigieron a las casa de las madres de los cinco adolescentes muertos en la batalla de Ocosingo, en enero de 1994 a llevarles los sacramentos. Existe una suerte de capilla mortuoria en honor de estos cinco jo'venes que perdieron su vida para que sus hermanos y hermanas pudieran obtener lo que todo ser humano se merece. Los miembros del ARIC Oficial tambie'n se perdieron el atol, el rico caldo de rez y el baile que toda la comunidad compartio' con nosotros los miembros del campamento de civiles por la paz. Pude constatar que la transculturacio'n puede tener aspectos altamente positivos, mientras que la aculturacio'n impuesta a base de promesas huecas y sacos de Maseca se inscribe ma's bien en la serie de ta'cticas de la guerra de baja intensidad ya mencionada que sufren los ejidos zapatistas de la llamada "zona de conflicto" en Chiapas. Me enamore' profundamente de las tres comunidades en las cuales vivi' este verano, pero siempre guardare' un lugar muy especial en mi corazo'n para San Jose' del Ri'o. Quiza's por haber pasado ma's tiempo alli' y haber podido convivir ma's i'ntimamente con sus habitantes, nin~os, adolescentes y adultos de ambos sexos. San Jose' del Ri'o es una comunidad mestiza y de habla castellana de 40 familias que esta' localizada en la can~ada de las Margaritas, muy cerca de La Realidad y de Guadalupe Tepeyac, cuyos habitantes se encuentran au'n escondidos en la selva, pues, como es bien sabido, su comunidad es ahora el cuartel general de las tropas federales estacionadas en esa regio'n. San Jose' del Ri'o es una comunidad ejemplar, increi'blemente bien organizada y abierta a innovaciones de todo tipo. El castellano que hablan sus habitantes es hermosi'simo, con muchos dejos y giros del siglo diez y seis adema's de otros muy sui-generis que contribuyen a guardar coqueta y celosamente los secretos que no deben, ni pueden, compartir con los fueren~os...como el encantador "sabe'..." y el "no se'" de los nin~os que se traduce en un enigma'tico "?'caso se'?" que desarma a cualquiera. La mayori'a de los habitantes de San Jose' viene de San Antonio de las Flores, una pequen~a comunidad, enclavada en un lindo valle a dos horas de San Jose', a caballo. Hace aproximadamente unos diez an~os un grupo de habitantes de San Antonio compro' las tierras en donde hoy se asienta la comunidad y se encuentran las milpas, huertas y cafetales comunales. Han pagado por esas tierras no una, sino dos veces y todavi'a las autoridades locales no logran encontrar los ti'tulos de propiedad?? Tambie'n los habitantes de San Jose' del Ri'o se vieron obligados a pasar un mes en las montan~as de la selva a rai'z de la invasio'n de su comunidad por el eje'rcito federal que destruyo' todo aquello que no se robo'. Tuve ocasio'n de subir a una de esas montan~as para filmar un cafetal y una huerta. Llegue' con dificultades a la cima por senderos de cabra cubiertos de lodo y me es au'n difi'cil tratar de imaginar el u'ltimo e'xodo de esta comunidad, con sus recie'n nacidos, sus ancianos, sus enfermos y su supervivencia en plena selva, sin abrigo, comida, medicinas y rodeados de todo tipo de insectos y aliman~as...Y alli' esta'n hoy, con la sonrisa siempre a flor de labio y practicando una solidaridad comunitaria ejemplar que extienden a los voluntarios civiles, envuelta en generosas tortillas, len~a para el fogo'n, flores silvestres, guineos, mu'sica, baile y muchi'simo carin~o. San Jose', adema's debe tener algunos de los mejores marimberos del mundo. Ahora que me encuentro de nuevo en mi "habitat" profesional an~oro hasta las lluvias torrenciales y el lodo de San Jose' (sin hablar de su ri'o maravilloso y sus ceibas milenarias), pero sobre todo echare' de menos la mu'sica de las marimbas al anochecer y la contagiosa risa de sus nin~os...Ya echo de menos a Martita "la tlacuachita" que llegaba puntual a las seis de la man~ana a ayudarme a encender y "soplar" el fogo'n. Martita tiene cinco an~os de edad y una facilidad de palabra inusitada, con giros como "de por si..." que introducen largas digresiones filoso'ficas sobre el "macho" (mula) que se comio' el jabo'n de sus mama', o el hecho de que se les acabaron los frijoles en la casa...Con su linda cara, ojos almendrados y hoyuelo en la comisura de los labios, consigue el jabo'n, los frijoles y ma's...Le aburre soberanamente tener que hacer Os y palitos en clase y no parece interesarle mucho el dibujo, es ma's bien apta en hacer maromas, que ella llama "carambolas" y que hacen que el pulcro vestidito con el cual llega a diario a la escuela no dure limpio ni media man~ana. Como todos los dema's nin~os de San Jose' del Ri'o canta a la perfeccio'n la versio'n zapatista del "Bella Chau" que escribio' un voluntario italiano de Brescia, Renato. Yo la propondri'a como jefa de relaciones pu'blicas de San Jose' del Ri'o. Y hay tantos otros. Herna'n el de la risa incontrolable y la inteligencia alerti'sima. Herna'n el ubicuo y el ti'mido, enamorado de Bella Luz...Y todos aquellos y aquellas que no quiero nombrar porque no quiero olvidarme de ninguno. Mi carin~o quiero poder repartirlo entre todos y todas. Me gustari'a sobre todo que los nin~os pudieran dejar de dibujar helico'pteros, tanquetas y soldados federales mezclados a los patos, gallos, pollitos , caballos y tucanes que si' forman parte del entorno natural de sus comunidades...Hay una incongruencia palpable en sus dibujos ?O sera' una forma de exorcizar al demonio a la cual las nin~as no tienen acceso con sus dibujos de bellas flores multicolores, a pesar de que son las primeras en detectar el zumbido de los helico'pteros de la muerte? El rela'mpago lloro' con su zeta mayu'scula reprimida por quinientos an~os de abusos y olvido el 1ero de enero de 1994. Lloro' para propiciar las lluvias regeneradoras que posibiliten que la admirable autogestio'n de los ejidos indi'genas y mestizos de la selva Lacandona y del resto de Chiapas y Me'xico fructifique y permita que sus habitantes tambie'n se beneficien de la modernidad. El llanto del rela'mpago tambie'n puede anunciar la tormenta por venir. La dignidad es verdaderamente el sello de distincio'n de todos los hombres, mujeres y nin~os con quienes tuve e privilegio de compartir un brevi'simo verano, y esa dignidad no se compra ni se vende, exige lo suyo. La presencia del eje'rcito federal en Chiapas es abrumadora. En San Jose' del Ri'o fui' testigo de la diaria movilizacio'n de tropas. En innumerables ocasiones filme' convoyes que sali'an casi vaci'os de Guadalupe Tepeyac y regresaban repletos de soldados armados hasta los dientes yendo hacia Guadalupe Tepeyac. Se hablaba de "relevo" de tropas, en cuyo caso deberi'an haber salido tantos soldados como entraban. La atmo'sfera que se respira en toda la regio'n de Las Can~adas es la de un re'gimen de ocupacio'n, atmo'sfera que propicia una verdadera psico'sis de guerra. Por falta de tiempo sobre todo puesto que no tengo el programa necesario para transferir documentos de mi computadora al correo elctro'nico he tenido que recortar mi texto. No querri'a concluir, sin embargo sin mencionar la increi'ble labor de las adolescentes y de los jo'venes con quienes me toco' trabajar en los campamentos (y de los no tan jovenes como Eduardo en Patihuitz). De todos ellos y ellas, vascos, italianos, ginebrinos, catalanes, un argentino guardabosques en La Patagonia y muchos mexicanos menciono a tres, Amarela, Maya y Lino, ejemplos de simpati'a, inteligencia, dedicacio'n, y verdadera conciencia social. Para terminar, la labor de Don Samuel Ruiz en toda las comunidade en donde vivi' ha sido ejemplar y es venerado por sus habitantes. Y ahora a trabajar en los detalles de la consulta del EZLN como todos ustdes, espero... Mo'nica Lemaitre